"Sentí un regusto amargo en los labios. El regusto de la fugacidad. ¿Para qué vivimos, si el viento tras nuestros zapatos ya se está llevando nuestras últimas huellas? Durante treinta años, tal vez cuarenta, una persona había respirado, leído, pensado, hablado, en aquella habitación de unos cuantos metros cuadrados, y bastaba con que pasaran tres o cuatro años, que viniera un nuevo faraón, y ya no se sabía nada de José. En el café Gluck ya no sabían nada de Jakob Mendel. ¡De Mendel el de los libros!"
Título Original: Buchmendel
Autor: Stefan Zweig
Género: Cuento
Temática: Narrativa
Idioma Original: Alemán
Año Publicación: 1929
MI LECTURA:
Hay lugares con alma. Lugares vinculados a vidas, a personas, a recuerdos. Personas que han pasado por nuestra vida fugaces, pero que han dejado una huella en nosotros imborrable. Lo curioso es que no nos damos cuenta de este sello impreso en nuestra memoria hasta que algo en un momento dado nos lo despierta. ¿Quién no ha vuelto, por casualidad o no, a un lugar y le ha venido al recuerdo alguien que pertenecía a ese espacio? Eso mismo le pasa a nuestro narrador de Mendel, el de los libros. Por casualidad, la lluvia lo lleva a un café de Viena, el café Gluck. Un lugar que le suena familiar, pero que en un principio no sabe identificar el porqué.
A partir de aquí, el narrador nos habla de Jackob Mendel, un librero excéntrico que había hecho del café Gluck su oficina. Un personaje que todo el mundo respetaba por sus conocimientos bibliográficos y su habilidad para encontrar libros que ya no estaban en circulación. Ahora el café Gluck estaba incompleto, faltaba Jackob.
A partir de aquí, el narrador nos habla de Jackob Mendel, un librero excéntrico que había hecho del café Gluck su oficina. Un personaje que todo el mundo respetaba por sus conocimientos bibliográficos y su habilidad para encontrar libros que ya no estaban en circulación. Ahora el café Gluck estaba incompleto, faltaba Jackob.
Pero, ¿quién no se ha preguntado qué es la existencia? Es estar solamente. Pues no. Es también permanecer en el recuerdo. Mientras alguien te recuerde, existes. Y ésta es una de las cosas de la que nos habla Zweig, de la fragilidad de la existencia. Nacemos, estamos y morimos, y después sólo somos un recuerdo que se desvanece con el tiempo. Pero, los libros, los libros no son efímeros, no se desvanecen, con cada lector recuperan su esencia, la existencia de unos personajes, de una historia, de una vida y con ella la existencia del escritor que lo creó. Es decir, los libros son inmortales.
Este cuento es en parte un homenaje a la existencia de esos contenedores de sabiduría humana y científica, los libros.
Y ahora os estaréis preguntando lo mismo que se preguntó el narrador ¿Qué hay de Mendel?¿Qué fue de él? Pues bien, Jackob no vivía su contemporaneidad, él estaba sumergido en otro mundo, el de los libros. En él estaba feliz y seguro. Lo que pasaba a su alrededor no le interesaba. Pero uno no puede estar ajeno a todo lo que le rodea. Estalla la Gran Guerra en Europa y Mendel sigue manteniendo sus contactos, estén donde estén y sean de donde sean. Da igual que ahora sean enemigos de la patria.
Un malentendido de unos oficiales torpes y con prejuicios, cambian el destino de un hombre judío y de nacionalidad rusa cuyo único delito es vivir ajeno a la realidad. Una cosa insignificante carente de importancia en un contexto de paz, no lo es para nada en una situación de guerra y es aquí donde se desencadena la tragedia del erudito Sr. Mendel.
No os voy a contar más detalles porque quiero que descubráis por vosotros mismos que fue de nuestro protagonista.
El título de esta pequeña novelita parece que nos presente una historia que va a hablar de libros y escritores, una novela de literatura, pero como habéis podido intuir por lo que os he contado antes nada que ver. Es una novela que contiene un fondo filosófico, social y psicológico de una Europa sumergida en un gran conflicto bélico.
Hoy somos alguien respetado y valorado en nuestro círculo de contactos por nuestra profesionalidad y los que nos rodean nos admiran y, mañana, por circunstancias ajenas a nosotros mismos, podemos ser un desconocido sin identidad, sin reconocimiento y desahuciado por la sociedad.
La levedad del ser humano se respira en las páginas de este relato.
Es mi primera lectura de Stephan Zweig. Había leído maravillas sobre su trabajo y he encontrado mucho más de lo que esperaba. A veces cuando te recomiendan mucho un autor y luego lo lees, tienes unas perspectivas tan altas que te decepciona. En el caso de Zweig, ha sido todo lo contrario. He encontrado mucho más de lo que esperaba. Su narrativa es delicada y exquisita y describe las situaciones humanas de una forma muy descriptiva, acabas empatizando con el narrador y con el personaje principal. Es como si nosotros también hubiésemos conocido a Mendel. Y seguro todos tenemos un Sr. Mendel en nuestra memoria.
En resumen, ¿POR QUÉ DESPERTAR ESTE LIBRO?
Es una lectura amena y profunda que te conduce a la reflexión sobre lo efímera que es la vida y el peso de la existencia. Está escrita con mucha delicadeza y con estilo que te atrapa, pues mantiene la curiosidad del lector despierta de principio a fin. No podrás dejar de leerlo una vez lo empieces.
Más sobre el autor:
CAMPILLO, Silvia. "Stefan Zweig o por qué uno de los mejores escritores del siglo XX quiso acabar con su vida" (24-03-2023) La Sexta. AhoraQuéleo
MORENO CLAROS, Luis Fernando. "Vida y muerte de un impaciente" (11-09-2023) Nueva Revista
Fuente de la imagen:
Portada edición impresa de la editorial Acantilado
Fuente de la lectura:
Zweig, Stephan. Mendel el de los libros.[Libro en línea] Barcelona: Acantilado; N.º 1 edición (27 marzo 2020) para Amazon Kindle ASIN e-book B086H125H2
No he leído al autor, pero tengo ganas. Solo tengo que ponerme a ello. Un beso.
ResponderEliminarÁnimos y a por él. Yo le tenía ganas y ahora que he leído esta historia, tengo ganas de leer más cosas suyas. Un abrazo y gracias por tu comentario.
EliminarEs cierto lo que comentas acerca de las expectativas. Me alegro de que en este caso no hayan jugado en tu contra. Y es que Zweig es mucho Zweig. Y este librito es una joyita. Representa todo el sinsentido que trajo consigo ese contexto histórico que le tocó vivir a su autor y que tanto le hizo sufrir. Me alegra que lo hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesos
Y que bien refleja el sinsentido Lorena. Me ha encantado leerlo y que bien que haya escrito tanto. Llevaba mucho tiempo sin descubrir un buen autor y ahora estoy de racha. Estoy leyendo a Juan Marsé Rabos de Lagartija y me está encantando también. :D Gracias por pasarte por mi blog.
EliminarStefan Zweig es uno de los mejores autores que ha dado la Literatura en toda su existencia, y lo digo sin reparo. Tanto en novela larga como corta, en ensayo o biografías, en autobiografía (su libro El mundo de ayer, subtitulado Memorias de un europeo, es uno de los mejores libros que he leído, y ameno por si le faltaba algo), da igual el género. Siempre sorprende y satisface. Su visión del mundo, del ser humano, de los acontecimientos, es perspicaz y certera y sus análisis, muy inteligentes. he leído varias cosas suyas y aún me quedan muchas porque es un autor con una obra muy extensa.
ResponderEliminarMagnífica reseña.
Un beso.
¡Ay que bien Rosa volver a leeros!, ahora mismo me apunto El mundo de ayer como la próxima lectura del autor. Un abrazo.
EliminarEste libro es una joya. Me has dejado con ganas de volverlo a leer.
ResponderEliminarBesotes!!!
Y ha sido un descubrimiento para mí. :D Gracias por pasarte por aquí Margari. Un abrazo
EliminarHola, la leí hace unos años y me gustó muchísimo, de las que he leído del autor es de mis favoritas. Besos.
ResponderEliminarSí, para mí también ha sido muy buena lectura. Cortita, pero intensa. Un abrazo Mar
ResponderEliminarEste libro es una maravilla. Todo el mundo debería leerlo. esos
ResponderEliminarZweig no es un autor, es más: un estilo, un género, una época. Sus obras son muy buenas, maravillosas y obras maestras. Tiene algunas joyas (como esta) no tan conocidas. Desde luego, un grande de la literatura. Muchos de los juntaletras actuales harían bien en leer a Zweig y aprender.
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